En una casa ubicada en el extremo norte de Morón, casi al
límite con Hurlingham vive desde hace 56 años, un matrimonio: él tiene 81 años,
ella 79. Siempre les tocó votar cerca o relativamente cerca (10 minutos de
colectivo) de su domicilio.
Se había afirmado que se votaría en el mismo lugar de las
últimas elecciones.
Sin embargo, abriendo la página www.morón.gov.ar para consultar el padrón,
sólo para confirmar lo supuestamente ya sabido aparecieron unos lugares
bastante más distantes, próximos al límite con Merlo Gómez, ubicada en el extremo
sur moronense.
Por supuesto, debido a su edad, ni él ni ella están en
condiciones físicas de hacer combinaciones de transporte para llegar finalmente
a esos lugares, ni en condiciones económicas de recurrir al servicio de
remiseros para llegar a una y otra parte; por lo tanto muy a su pesar harán uso
de la prerrogativa que los exime de votar después de los 70 años, aún a sabiendas
de lo riesgosa que puede ser esa falta de compromiso en las actuales
circunstancias; pero desgraciadamente, quienes diseñaron estos traslados
mostraron un total desprecio por los votantes de edad avanzada.
De todos modos, la pregunta sigue en pie: ¿No habían dicho
que se votaría en el mismo lugar donde se votó en las anteriores elecciones?
¿Quién decidió mandar más lejos a los viejos?
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